
"Tucker era uno de esos tipos cuyos fallos se mantenían coherentes estuviera con quien estuviera. Había tenido amigos que habían conseguido que sus segundos matrimonios funcionaran, y siempre hablaban del alivio que habían sentido al darse cuenta de que el primero había fracasado por la propia dinámica de las cosas, y no por fallos inherentes a ellos mismos. Pero como varias mujeres -mujeres que no se parecían en nada- se habían quejado de las mismas cosas, Tucker tenía que aceptar que la dinámica no tenía nada que ver con el asunto. Era él. Al principio, algo - el enamoramiento, la esperanza, lo que fuera- había ayudado a enmascarar su verdadera naturaleza. Pero luego la marea siguió su ciclo y todo quedó al descubierto, y todo era feo, oscuro, abrupto y desabrido." (Nick Hornby, "Juliet, desnuda")