jueves, 7 de junio de 2012

I'm fofo and I know it






Meses después de venirme arriba relatando en este blog lo decidido que estaba a deshacerme del tejido adiposo que circundaba mi abdomen aún hoy me encuentro dando los primeros pasos en aras de conseguir tal quimera. La estancia en mi Ciempozuelos natal no me puso fácil la tarea pues noche tras noche y por razones que no vienen al caso me vi obligado a seguir a rajatabla la dieta del tomate. La de tómate una tómate otra. A golpe de pelotes de Beefeater  y cerveza a granel es harto difícil bajar tripa. Si a eso le sumamos los hipercalóricos menús de una abnegada madre que aprovechó el poco tiempo que tuvo cerca a su churumbel para cebarlo como a un gorrino el resultado se resume en que cuando me volví del pueblo de los locos a la playa el único cinturón que me valía era el del coche.

Como os decía al empezar el párrafo anterior mi carácter diesel (léase dejao de cojones) ha conseguido que dos meses después de volver de mi pueblo aún me vea obligado a esconder mi barriguita con el consiguiente riesgo de sufrir una muerte por hipoxia. Siendo positivo diré que la cosa ha mejorado un poco. Para ser exactos la cosa ha mejorado un centímetro escaso. Ante mi propio asombro la primera mañana de mi nueva temporada de curro me levanté pronto y salí a correr por la playa creyéndome el fibroso protagonista del anuncio ese tan chulo de zapatillas “Asics”.   Cuando aún no había escuchado el estribillo de la primera canción que sonaba en mi mp3 tuve que parar y arrodillarme para recoger de la arena el pulmón que acababa de salir de mi boca. Después de tan glorioso debut  no me di por vencido y al día siguiente volví a levantarme pronto pero ya no para correr sino para andar deprisa como los jubilados. Al día siguiente decidí que en vez de levantarme yo se iba a levantar Rita la Cantaora y ahí acabó mi preparación para las Olimpiadas.

Como voluntad no tengo, de vergüenza cada vez ando más escaso y el cruel verano ya está al caer solo me quedaba una motivación, la que nunca falla, el dinerito. Después de sopesarlo durante un mes por fin hace un par de semanas me presenté en el gimnasio con una toalla y mi número de cuenta. No quiero lanzar las campanas al vuelo pero estoy un paso por encima de contento y dos pasos por debajo de eufórico porque por ahora he conseguido ir a sudar un par de veces por semana. Eso si, voy un rato y bien prontito, a las ocho de la mañana, cuando apenas hay nadie que pueda mofarse al ver como levanto cuarto y mitad de pesas mientras escondo tripa. Diez minutillos de bici y media horita de aparatos. Como soy gilipollas y ya decía mi madre que tengo complejo hasta de mear hay aparatos que quiero probar pero me da vergüenza intentarlo pues no sé muy bien como funcionan y paso de hacer una de Mr. Bean y terminar siendo rescatado de un amasijo de hierros por alguno de los tres viejos que sudan conmigo a horas tan tempranas.

También me gustaría asistir a alguna de las mil y una clases que se imparten a costa de la salvaje cuota mensual de socio. Pero me pasa como cuando voy al Burguer King y me toca pedir, que me bloqueo entre tanta opción (a saber, Ciclo Indoor, Step, Aerodance,  Abs+Stretch, Capoeira, G.A.P., Tono Funcional, C.K.B., Pilates, Defensa Personal, Power Dumbell,  Aquagym,  Tono Classic, Danza del Vientre, T.B.C., Cardio Xpress). A primera vista, y a pesar de que quizá mis características físicas actuales me confieran ventaja frente al resto de alumnos, solo he descartado la Danza del Vientre por razones obvias. La Defensa Personal me seduce pero se me quitan las ganas al recordar la fisura en las costillas con que me obsequió hace unos años el orco cejijunto que me usó de saco de arena durante mi fugaz paso por el mundo del taekwondo. Si consigo vencer el ancestral palo de sentirte el nuevo de la clase creo que me decantaré por el Ciclo Indoor, o sea, Spinning, o sea, pasarte una hora pedaleando como un subnormal escuchando house machacón. Lo que me atrae de esta disciplina es que se suda más que follando debajo de un plástico. Pero hay un par de cosas que me tiran para atrás. La primera es el miedo a sufrir un infarto y que la muerte me encuentre vestido con unas mallas y una vieja camiseta de “Muebles Pacheco”. La segunda pega es el temor a que me toque como profesor un cretino que me haga pedalear al ritmo del reggaeton. La conjunción de ambas posibilidades me presenta el peor de los escenarios imaginables......me niego a abandonar este mundo vestido de julay y escuchando a Pitbull.


martes, 1 de mayo de 2012

Desnudo integral



Antes de verla publicada en el Interviú he decidido anticiparme al escándalo y ser yo mismo quien os muestre esta foto mía en pelotas. Si, ese cochinillo con el pelo cortado a tazón que emerge de las aguas cual Venus es un servidor. La foto no tiene ninguna fecha escrita al dorso pero por mi aspecto supongo que yo debía de tener un añito más o menos así que la foto debe datar del año 77 o 78 del siglo pasado. No tengo apenas fotos de mi niñez y me hizo mucha ilusión encontrar esta hace unos meses perdida entre las paginas de un viejo álbum perdido a su vez entre los mil y un trastos que hacen intransitable el sótano-museo de mi casa de Ciempozuelos. Al descubrir la foto me sentí como Amelie y si fuese de llanto fácil (lo soy pero siempre por lo peor y no por lo mejor) habría llorado al ver a ese pequeño cebón a remojo en una palancana. Me acuerdo de esa palancana. Con ella se lavaba mi abuelo cada mañana en el patio de aquella casa que ya no existe. Mi abuelo se lavaba como se lavaban todos los abuelos, como se lavaban los viejos de toda la vida. Primero la cara, luego el cogote y las orejas y por último los sobacos y el torso. Supongo que solo al rollizo nieto le estaba reservado el placer de meter el culo en la palancana.

La lolita morena que enseña sus blancas bragas al fotógrafo es mi hermana. Se la ve más suelta que a mí, al menos ella mira a la cámara mientras que yo, que nunca he sido muy espabilado, miro hacia otro lado buscando sin duda las musarañas que aún sigo sin encontrar. Ahora que lo pienso esta foto está llena de erotismo infantil. Niños, bragas y un atractivo desnudo. Joder, espero que la foto no acabe en la pantalla del ordenador de algún hijodeputa desviado con los pantalones por las rodillas y la mano en la zambomba.

Ya he dicho que recuerdo la palancana de mi abuelo. También recuerdo esa mesa, esa silla, esa cortina psicodélica en la puerta del baño, esas hojas de parra, ese patio. En esa mesa se peleaban mis clicks de Playmobil, mis únicos dos clicks, uno calvo y otro manco. Los tres juntos vivimos aventuras que ríete tú de Frodo Bolson. Esa silla era el trampolín desde el que cada verano saltaba hacia los diez centímetros de agua de mi pequeña piscina hinchable. Esa cortina psicodélica fue la portería donde metí mis primeros y mejores goles a costa del portero más inútil del mundo, mi amigo invisible. Esa parra fue mi jungla virgen, me dio sombra, me dio uvas y me regalo alguna que otra cicatriz tras despeñarme en busca del racimo más alto. Ese patio fue mi mundo, mi tierra, mi auténtica patria.

Es curioso pero la verdad es que al empezar a escribir pensaba solamente en hacer burla de mi aspecto de cachorro de hipopótamo. Quería reírme de mis lorzas, de mi cara de melón y de la cadenita de gitanillo que me cuelga desde el pecho hasta esa barriguita que ya apuntaba maneras. Pero en lugar de eso me ha salido un retrato costumbrista de mi infancia. No sé de donde me ha salido pero me gusta.






lunes, 2 de abril de 2012

Microrrelato de mierda



Harto de no encontrarme bien dejé de buscarme y me encontré sin querer.


My Morning Jacket - Touch me I'm going to scream Part 2

lunes, 20 de febrero de 2012

Distopía



Según los Mayas y algún que otro cenizo en este año nos vamos a ir todos al garete. A mí los Mayas me la traen al fresco, yo soy más de Mortadelo y Filemón, pero se ha escrito tanta idiotez al respecto que no he podido aguantarme las ganas de aportar mi propia memez. Hay varias teorías acerca de cómo nos vamos a ir a la mierda. Puede que nos caiga un meteorito en la cabeza. Puede que se apague el sol. Puede que se derritan los polos y nos ahoguemos. Puede que algún nuevo virus nos mate a golpe de estornudo. Puede que nos invadan unos marcianos con muy mala leche. Puede que, Dios no lo quiera, Aznar vuelva a la política. Personalmente me inclino por pensar que el fin del mundo ocurrirá de la manera siguiente.

Los Estados Unidos tienen la mosca detrás de la oreja desde que hace un par de meses muriese Kim Jong-il, el dictador norcoreano que para parecer más alto se peinaba como un bakala de polígono. Tras la muerte del engominado líder el nuevo mandatario de tan hermético país es Kim Jong-un, el veinteañero hijo del difunto. Kim Jong-un tiene cara de poco espabilao y de pajillero full time. Más que un jefe de estado parece el primo asiático de Paquirrin. Los USA no se fían ni un pelo de lo que pueda maquinar alguien con tal cara de melón y han decidido estar aún más pendientes de lo que se cuece en Corea del Norte.

A principios de marzo un avión americano de reconocimiento es derribado por la artillería norcoreana. Afortunadamente era un avión no tripulado y no hay víctimas que lamentar pero a Obama la noticia le pilla en un mal día, anoche volvió a discutir con la parienta pues esta lleva unos días muy rara, así que Barack se pone gallito y "sugiere" a Corea del Sur que refuerce las tropas en la frontera con sus vecinos del norte. Esto le sienta fatal a los coreanos de Villa Arriba, que no solo se sienten fuertes ahora que el mundo les mira sino que además han recibido una llamada de su primo el de Zumosol, que se llama China, ofreciéndoles todo su apoyo si se lía la marimorena. Envalentonados los de Villa Arriba envían a la frontera del sur a 250.000 hombres, que siendo un montón de gente solo suponen la cuarta parte de su ejercito. Entre tanto tío hay de todo y a uno de los reclutas más patosos de Villa Arriba se le escapa el gatillo del AK-47 y le pega un tiro entre ceja y ceja a un empanao de Villa Abajo que le miraba con los prismáticos. Obama está que trina por esto y porque ayer la CIA le pasó un informe con conversaciones telefónicas subidas de tono entre su mujer y un antiguo novio de la universidad. Con la ceguera que te dan los celos Obama decide poner la polla sobre la mesa y manda un caza a bombardear un par de puntos estratégicos de Corea del Norte. Se trata de un ataque preventivo con el fin de meter miedo pero como los americanos han visto más pelis americanas que nadie la mala suerte hace que el piloto del caza decida ser un héroe y acabar el solito con la jodienda. Desobedeciendo ordenes del alto mando militar y al grito de "fuck you fucking chineseee!!" el piloto de caza Steve Sanders suelta unas cuantas bombas de racimo sobre Pyongyang. El mundo se estremece y a China se le pone dura. Mueren 2563 norcoreanos en la capital, todas víctimas anónimas menos una. Esta es una chica de veinte años con el pelo teñido de rojo comunista y cuyo nombre es Yung Fa Shei. Para regocijo de los profetas Mayas resulta que Yung Fa Shei era la novia secreta de Kim Jong-un, el jefe de estado con cara de memo. El dictador tenía un montón de concubinas para él solito pero lo que desencadenará el armaggedon es que a la chica del pelo rojo no solo se la zumbaba sino que la quería. La quería con toda su alma. La quería tanto que no puede soportar la idea de vivir en un mundo en el que ella no esté. Por si alguien no sabe lo que va a pasar a continuación creo que no está de más recordar aquí que Corea del Norte es uno de los pocos países que tienen la bomba atómica. A las cuatro de la tarde del ocho de abril de 2012 un bombardero norcoreano deja caer sobre Seul una bomba atómica sobre la que han escrito con tiza roja un nombre, Yung Fa Shei. Obama se entera de la noticia justo después de ver un video grabado por la Agencia de Seguridad Nacional en el que se ve a su mujer cabalgando sobre la negra polla de su antiguo novio universitario. El dueño de esa polla poderosa es un tipo algo canijo clavadito a Carlton, el primo tontaina de El Principe de Bel Air. El video dura solo seis minutos pero a Michelle Obama le da tiempo a correrse tres veces. Lo último que se escucha en el video es a Michelle gritando "esto si es un polla y no la de tu presidente". Como decíamos, justo después de visionar esta bonita escena Obama es informado por el alto mando militar de que Corea del Norte se ha pasado tres pueblos. Lo primero es lo primero así que antes de ocuparse de asuntos menores Obama ordena al Secretario de Estado de Defensa que envíe al mejor comando de los Delta Force a casa del cabrón que le ha robado la honra. No hace falta que maten al semental, Barack se conforma con que le traigan su negra polla en una bandeja de plata. Sudando como un cornudo el presidente de los Estados Unidos de America se reúne con su gabinete de crisis y después de analizar todos los datos del ataque sobre Seul decide dejarse de gilipolleces y por primera y última vez en la historia ordena saltarse todo el protocolo militar y pasar del tirón a Def Con 1. Tres horas después la aviación yanki ha barrido del mapa a Corea del Norte a base de bombazos. Eso sí, no han podido evitar que antes de desintegrarse en una nube de napalm el primo de Paquirrin haya ordenado lanzar un pepinazo nuclear contra territorio americano. Más pendientes de salvar el culo que de apuntar bien los norcoreanos lanzan el pepino sin fijarse y la bomba cae en pleno centro de Milwaukee, que es el Teruel de los Estados Juntitos. Obama recibe la noticia resguardado en su búnker de Nebraska junto a su gabinete de crisis, sus dos hijas y su perro. Después de preguntar dónde cojones está Milwaukee Barack da orden de que todos los silos nucleares de la costa oeste americana apunten a Asia. También ordena fusilar al que se le ocurra dejar entrar en el búnker a la zorra de su mujer. La mayoría de la humanidad mira la tele con el culo apretao mientras que los más espabilaos se dedican a beber y follar como si no hubiera un mañana. Mientras tanto, al otro lado del Pacífico, el primer ministro chino, Wen Jiabao, duda entre ponerse la venda antes de la herida y desencadenar el infierno dándole al botón rojo o llamar a Obama y buscar una solución in extremis. Se siente fuerte y sabe que entre tanto chino seguro que alguno sobrevive al infierno nuclear. La idea de un mundo post-apocalíptico habitado solo por una élite chinorri le tienta. Total, él ya tiene setenta años así que tampoco pierde gran cosa pasando a la historia como el que la lió parda y dio paso al nuevo mundo. Sin embargo al final la presión le puede y Wen Jiabao pide que le pasen con Obama. Al coger el teléfono rojo el primer ministro chino escucha al otro lado una voz con acento sudamericano que le dice "buenas tardes señoor, mi nombre el Wilson Felipe Guevara y lamento comunicarlee que en estos momentoos tenemos un problema con nuestras lineas y me es imposible atender su llamadaa, le ruego nos llame pasados unos minutoos, muchas grassias por su llamada señoor, que pase buena tardee". Wen Jiabao cuelga el teléfono rojo y con un cabreo de tres pares de cojones ordena a su gabinete de crisis que le den baja de Movistar de una puta vez y ya de paso que envíen unos cuantos cazabombarderos a arrasar todos los centros de comunicación de sudamérica. Mientras el alto mando militar chino intenta conseguir rápidamente la portabilidad a "Yoigo" Obama está en su búnker sentado frente al panel de control de misiles. Ha pedido que le dejen a solas y con la mirada perdida en las luces rojas que parpadean frente a él juguetea nerviosamente con la llave que activa el desparrame nuclear. No está pensando en el futuro del planeta, no, está maldiciendose a si mismo por haber elegido como contraseña para activar los misiles la fecha de su boda con Michelle. Un "bip" de su móvil le saca de su ensimismamiento. Sin muchas ganas Obama coge el teléfono esperando ver un mensaje apaciguador del primer ministro chino pero en su lugar comprueba que lo que tiene es una notificación del Facebook. Alguien le ha etiquetado en un video. El pobre Barack no necesita abrir el vídeo para saber que acaba de pasar de rey del mundo a bufón planetario, le basta con leer el título, "Fucking the President's Wife". El cornudo universal nota como se le envenena hasta la última gota de su sangre mientras dentro de su cabeza puede oír las burlas de los seis mil millones de habitantes del planeta, a excepción de los norcoreanos y los de Milwaukee. Ya no hay nada que perder. Obama mete la llave en su ranura, teclea la fecha de su boda en el panel, dirige su dedo indice hacia el botón rojo y cierra los ojos. Justo cuando va a apretar el botón la puerta de la sala se abre y aparecen sus hijas llorando como magdalenas de chocolate. Las pelis americanas siempre acaban bien y estas niñas llorosas parece que van a salvar el mundo. Las niñas miran a su padre a los ojos y con un hilo de voz ahogado por las lagrimas le dicen a la vez "please daddy, dont do it". Obama mira a sus hijas y rompe a llorar. Las coge en brazos, las llena de besos y las aprieta contra su pecho. Como saliendo de un sueño el presidente se da cuenta de lo que ha estado a punto de hacer. Al fin y al cabo no lo ha perdido todo. Tiene en sus brazos algo que nadie le podrá quitar. Obama separa a sus hijas de su pecho y las mira fijamente. Acto seguido las empuja lejos de él y con mano firme aprieta el botón rojo del armaggedon. Acaba de reparar en que las niñas son clavaditas a Carlton, el primo tontaina de El Principe de Bel Air.