Según los Mayas y algún que otro cenizo en este año nos vamos a ir todos al garete. A mí los Mayas me la traen al fresco, yo soy más de Mortadelo y Filemón, pero se ha escrito tanta idiotez al respecto que no he podido aguantarme las ganas de aportar mi propia memez. Hay varias teorías acerca de cómo nos vamos a ir a la mierda. Puede que nos caiga un meteorito en la cabeza. Puede que se apague el sol. Puede que se derritan los polos y nos ahoguemos. Puede que algún nuevo virus nos mate a golpe de estornudo. Puede que nos invadan unos marcianos con muy mala leche. Puede que, Dios no lo quiera, Aznar vuelva a la política. Personalmente me inclino por pensar que el fin del mundo ocurrirá de la manera siguiente.
Los Estados Unidos tienen la mosca detrás de la oreja desde que hace un par de meses muriese Kim Jong-il, el dictador norcoreano que para parecer más alto se peinaba como un bakala de polígono. Tras la muerte del engominado líder el nuevo mandatario de tan hermético país es Kim Jong-un, el veinteañero hijo del difunto. Kim Jong-un tiene cara de poco espabilao y de pajillero full time. Más que un jefe de estado parece el primo asiático de Paquirrin. Los USA no se fían ni un pelo de lo que pueda maquinar alguien con tal cara de melón y han decidido estar aún más pendientes de lo que se cuece en Corea del Norte.
A principios de marzo un avión americano de reconocimiento es derribado por la artillería norcoreana. Afortunadamente era un avión no tripulado y no hay víctimas que lamentar pero a Obama la noticia le pilla en un mal día, anoche volvió a discutir con la parienta pues esta lleva unos días muy rara, así que Barack se pone gallito y "sugiere" a Corea del Sur que refuerce las tropas en la frontera con sus vecinos del norte. Esto le sienta fatal a los coreanos de Villa Arriba, que no solo se sienten fuertes ahora que el mundo les mira sino que además han recibido una llamada de su primo el de Zumosol, que se llama China, ofreciéndoles todo su apoyo si se lía la marimorena. Envalentonados los de Villa Arriba envían a la frontera del sur a 250.000 hombres, que siendo un montón de gente solo suponen la cuarta parte de su ejercito. Entre tanto tío hay de todo y a uno de los reclutas más patosos de Villa Arriba se le escapa el gatillo del AK-47 y le pega un tiro entre ceja y ceja a un empanao de Villa Abajo que le miraba con los prismáticos. Obama está que trina por esto y porque ayer la CIA le pasó un informe con conversaciones telefónicas subidas de tono entre su mujer y un antiguo novio de la universidad. Con la ceguera que te dan los celos Obama decide poner la polla sobre la mesa y manda un caza a bombardear un par de puntos estratégicos de Corea del Norte. Se trata de un ataque preventivo con el fin de meter miedo pero como los americanos han visto más pelis americanas que nadie la mala suerte hace que el piloto del caza decida ser un héroe y acabar el solito con la jodienda. Desobedeciendo ordenes del alto mando militar y al grito de "fuck you fucking chineseee!!" el piloto de caza Steve Sanders suelta unas cuantas bombas de racimo sobre Pyongyang. El mundo se estremece y a China se le pone dura. Mueren 2563 norcoreanos en la capital, todas víctimas anónimas menos una. Esta es una chica de veinte años con el pelo teñido de rojo comunista y cuyo nombre es Yung Fa Shei. Para regocijo de los profetas Mayas resulta que Yung Fa Shei era la novia secreta de Kim Jong-un, el jefe de estado con cara de memo. El dictador tenía un montón de concubinas para él solito pero lo que desencadenará el armaggedon es que a la chica del pelo rojo no solo se la zumbaba sino que la quería. La quería con toda su alma. La quería tanto que no puede soportar la idea de vivir en un mundo en el que ella no esté. Por si alguien no sabe lo que va a pasar a continuación creo que no está de más recordar aquí que Corea del Norte es uno de los pocos países que tienen la bomba atómica. A las cuatro de la tarde del ocho de abril de 2012 un bombardero norcoreano deja caer sobre Seul una bomba atómica sobre la que han escrito con tiza roja un nombre, Yung Fa Shei. Obama se entera de la noticia justo después de ver un video grabado por la Agencia de Seguridad Nacional en el que se ve a su mujer cabalgando sobre la negra polla de su antiguo novio universitario. El dueño de esa polla poderosa es un tipo algo canijo clavadito a Carlton, el primo tontaina de El Principe de Bel Air. El video dura solo seis minutos pero a Michelle Obama le da tiempo a correrse tres veces. Lo último que se escucha en el video es a Michelle gritando "esto si es un polla y no la de tu presidente". Como decíamos, justo después de visionar esta bonita escena Obama es informado por el alto mando militar de que Corea del Norte se ha pasado tres pueblos. Lo primero es lo primero así que antes de ocuparse de asuntos menores Obama ordena al Secretario de Estado de Defensa que envíe al mejor comando de los Delta Force a casa del cabrón que le ha robado la honra. No hace falta que maten al semental, Barack se conforma con que le traigan su negra polla en una bandeja de plata. Sudando como un cornudo el presidente de los Estados Unidos de America se reúne con su gabinete de crisis y después de analizar todos los datos del ataque sobre Seul decide dejarse de gilipolleces y por primera y última vez en la historia ordena saltarse todo el protocolo militar y pasar del tirón a Def Con 1. Tres horas después la aviación yanki ha barrido del mapa a Corea del Norte a base de bombazos. Eso sí, no han podido evitar que antes de desintegrarse en una nube de napalm el primo de Paquirrin haya ordenado lanzar un pepinazo nuclear contra territorio americano. Más pendientes de salvar el culo que de apuntar bien los norcoreanos lanzan el pepino sin fijarse y la bomba cae en pleno centro de Milwaukee, que es el Teruel de los Estados Juntitos. Obama recibe la noticia resguardado en su búnker de Nebraska junto a su gabinete de crisis, sus dos hijas y su perro. Después de preguntar dónde cojones está Milwaukee Barack da orden de que todos los silos nucleares de la costa oeste americana apunten a Asia. También ordena fusilar al que se le ocurra dejar entrar en el búnker a la zorra de su mujer. La mayoría de la humanidad mira la tele con el culo apretao mientras que los más espabilaos se dedican a beber y follar como si no hubiera un mañana. Mientras tanto, al otro lado del Pacífico, el primer ministro chino, Wen Jiabao, duda entre ponerse la venda antes de la herida y desencadenar el infierno dándole al botón rojo o llamar a Obama y buscar una solución in extremis. Se siente fuerte y sabe que entre tanto chino seguro que alguno sobrevive al infierno nuclear. La idea de un mundo post-apocalíptico habitado solo por una élite chinorri le tienta. Total, él ya tiene setenta años así que tampoco pierde gran cosa pasando a la historia como el que la lió parda y dio paso al nuevo mundo. Sin embargo al final la presión le puede y Wen Jiabao pide que le pasen con Obama. Al coger el teléfono rojo el primer ministro chino escucha al otro lado una voz con acento sudamericano que le dice "buenas tardes señoor, mi nombre el Wilson Felipe Guevara y lamento comunicarlee que en estos momentoos tenemos un problema con nuestras lineas y me es imposible atender su llamadaa, le ruego nos llame pasados unos minutoos, muchas grassias por su llamada señoor, que pase buena tardee". Wen Jiabao cuelga el teléfono rojo y con un cabreo de tres pares de cojones ordena a su gabinete de crisis que le den baja de Movistar de una puta vez y ya de paso que envíen unos cuantos cazabombarderos a arrasar todos los centros de comunicación de sudamérica. Mientras el alto mando militar chino intenta conseguir rápidamente la portabilidad a "Yoigo" Obama está en su búnker sentado frente al panel de control de misiles. Ha pedido que le dejen a solas y con la mirada perdida en las luces rojas que parpadean frente a él juguetea nerviosamente con la llave que activa el desparrame nuclear. No está pensando en el futuro del planeta, no, está maldiciendose a si mismo por haber elegido como contraseña para activar los misiles la fecha de su boda con Michelle. Un "bip" de su móvil le saca de su ensimismamiento. Sin muchas ganas Obama coge el teléfono esperando ver un mensaje apaciguador del primer ministro chino pero en su lugar comprueba que lo que tiene es una notificación del Facebook. Alguien le ha etiquetado en un video. El pobre Barack no necesita abrir el vídeo para saber que acaba de pasar de rey del mundo a bufón planetario, le basta con leer el título, "Fucking the President's Wife". El cornudo universal nota como se le envenena hasta la última gota de su sangre mientras dentro de su cabeza puede oír las burlas de los seis mil millones de habitantes del planeta, a excepción de los norcoreanos y los de Milwaukee. Ya no hay nada que perder. Obama mete la llave en su ranura, teclea la fecha de su boda en el panel, dirige su dedo indice hacia el botón rojo y cierra los ojos. Justo cuando va a apretar el botón la puerta de la sala se abre y aparecen sus hijas llorando como magdalenas de chocolate. Las pelis americanas siempre acaban bien y estas niñas llorosas parece que van a salvar el mundo. Las niñas miran a su padre a los ojos y con un hilo de voz ahogado por las lagrimas le dicen a la vez "please daddy, dont do it". Obama mira a sus hijas y rompe a llorar. Las coge en brazos, las llena de besos y las aprieta contra su pecho. Como saliendo de un sueño el presidente se da cuenta de lo que ha estado a punto de hacer. Al fin y al cabo no lo ha perdido todo. Tiene en sus brazos algo que nadie le podrá quitar. Obama separa a sus hijas de su pecho y las mira fijamente. Acto seguido las empuja lejos de él y con mano firme aprieta el botón rojo del armaggedon. Acaba de reparar en que las niñas son clavaditas a Carlton, el primo tontaina de El Principe de Bel Air.