miércoles, 28 de octubre de 2009

Error 633

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Creo que tengo un problema de control de los impulsos. Por una vez no me refiero a las drogas sino a otra cosa más rara en mí. La ira. No me entendáis mal, soy más blando que la mierda de pavo y huyo del conflicto como de la peste. Pero en ocasiones me sorprende lo estúpido que me puedo poner por gilipolleces. Me he pasado mi día libre enterito literalmente delante del ordenador intentando instalar un puto pincho de Internet y he acabado bramando a solas en casa dudando entre tirar la CPU por el balcón o tirarme yo. He instalado y desinstalado el programa unas 5687985412478 veces. He metido el puto pincho en todos los putos puertos del ordenata, solo me queda metérselo por el culo. He hablado por teléfono con veintidós tipos distintos del servicio de atención al cliente, a cual más empanao y más empalagoso. El record lo tiene un tal Gabriel que en una conversación de cinco minutos me ha repetido 33 veces “gracias por mantenerse a la espera Don Miguel”. No le he mandado a la mierda porque tenía un nudo de odio en la garganta que no me dejaba hablar. Después de tanta alegría sigo sin internet y mañana me tocará ir a devolver el cacharro. Que me den otro pincho no me da ninguna seguridad pues preso de la desesperación ignorante he trasteado tanto con la configuración del ordenata que ahora no me abre ni el Paint. Siento ira. He tenido picos de furia en los que gritando con voz de poseído me he cagado en el puto anormal que invento Internet y los Modem USB. Y no han sido episodios aislados. Después de las primeras ocho horas de “Error 633: no se pudo acceder al dispositivo” he alcanzado una velocidad de crucero airado en la que solo podía bramar, con una mano crispada frente a la cara cual cantante heavy, pateando sillas y cualquier cosa que se me pusiera por delante. Llevo meses sin internet en casa y aunque el blog se ha resentido bastante no me he muerto. Y vosotros tampoco. No es para ponerse así y me preocupa. No es la primera vez que me pasa, he llegado a pillar rebotes de la ostia por no poder mandar un mail a tiempo, por no poder retocar las fotos recién hechas o por no poder subir alguna sandez calentita al blog. Mis soluciones informáticas cuando el ordenador no me hace caso se reducen a apagarlo y encenderlo y cuando eso no funciona y mis dos ex-cuñados informáticos están a 616 kilómetros me pongo verde como Hulk. Si lograse canalizar tanta energía negativa en algo productivo me darían el Nobel de algo. Además de mi rage against the machine solo me pongo así de energúmeno conduciendo. Si llevo prisa porque llego tarde a algún sitio y se coloca delante de mi Clio un parsimonias, de los que parece que mientras conducen se van leyendo “Los Pilares de la Tierra”, me vuelvo loco. Me avergüenzo de mi mismo por las palabras que salen de mi boca y más aún por mis sociópatas pensamientos. Algún día me van a aplaudir la cara cuando un semáforo en rojo aborte mi huida tras haberme cagado en la madre muerta de alguien. No me gusta ser así pero no lo puedo controlar. Lo contingente me exaspera y lo necesario me resbala.
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martes, 27 de octubre de 2009

Genes

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Estoy mal hecho. No lo digo por mi preciosa cara y mi cuerpecillo de torero, eso es cosa aparte. Estoy mal hecho porque no sé si soy diestro o zurdo. En teoría soy diestro porque como y escribo con la derecha pero hay otras muchas cosas que solo las puedo hacer con la zurda. Los peor pensados me acabareis de imaginar pelándomela en el baño con la mano izquierda pero os equivocáis, yo no me la pelo en el baño. Con la izquierda tiro piedras, lanzo dardos, chasqueo los dedos y me limpio el culo. Sé que no son las cosas más importantes de la vida, menos lo de limpiarse bien el ojete que es vital, pero tampoco creo que sea normal esta desestructuración de mis habilidades manuales. Después de mucho reflexionar sobre ello creo que mi mano derecha es más hábil y la izquierda tiene más fuerza…..lo del culo es la excepción que confirma la regla pues en ese caso más vale maña que fuerza. Me tranquiliza saber que esto es algo hereditario, mi padre es diestro pero tira las piedras con la zurda. Sobre lo del culo no le he preguntado a mi padre porque me da vergüenza pero seguro que también lo hace a contracorriente. De mi padre me he llevado varias cosas: este curioso ambidestrismo, mi superlativa narizota, un hueso que nos sobresale a ambos del hombro, la facilidad para decir tonterías allá donde estemos y que a los dos nos entran ganas de mear si pisamos el suelo con los pies descalzos. ¿Es grave doctor?
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lunes, 26 de octubre de 2009

Dejá vu

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Tengo dos días libres por delante y para evitar pasármelos borracho en el bar acabo de comprarme una botella de vodka danés. Una gran idea se mire por donde se mire. Mis últimos dos días libres me los pasé malito, los anteriores tuve una encantadora visita pero en los anteriores, en los últimos que estuve a mi libre albedrío, me pase 52 horas despierto y las siguientes 96 me las pase muriéndome. No quiero repetir así que para no escuchar a las sirenas yonquis del bar pretendo quedarme en casita viendo llover, con café y periódico por la mañana, café y canuto por la tarde y vodka con naranja por la noche. Las sirenas del bar no las escucho desde casa pero las de dentro de mi cabeza llevan gritando histéricamente desde que salí de currar. Acallarlas con alcohol solo funciona si llevas un buen timing. Si a golpe de pelote consigues que te entre el sueño de Baco antes de que te entren ganas de salir a buscar lío has triunfado. Pero si no te entra el sueño sino que te pica el pato y te largas por ahí la has cagado amigo mío y si tienes suerte te pasaras las próximas 52 horas despierto. A mi el pato me pica enseguida por lo que me voy a tener que beber con prisas los pelotes caseros para que la modorra me sobrevenga antes de poder pararme a pensar. Voy ahora mismo a inaugurar la botella. No me queda zumo de naranja, voy a experimentar con zumo de manzana con vodka danés. Y me voy a poner el “Move your feet” de Junior and Senior para bailar un poco. Bailar es una de las pocas cosas que nos quedan para rebelarnos, como la risa. Hay que bailar aunque sea a solas en casa. En casa a solas es donde mejor se baila porque nadie te juzga. Lo das todo. ¿Qué canción os ponéis para bailar en casa?
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viernes, 23 de octubre de 2009

Biruji

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Como os decía ayer el tiempo por aquí cada vez está peor. Hace tres días refrescó, ayer hizo mucho frío y hubo un viento de cojones, hoy ha hecho frío, ha habido mucho viento y ha llovido. Según esta progresión mañana nevará. El invierno ha llegado tarde y con prisas. Se le ha acumulado el trabajo y nos ha pillado con las bermudas puestas. Yo soy bien delicado para estas cosas y cojo frío en cuanto me despisto así que ya me he comprado mis frenadoles y mis espidifenes. Bueno, de estos últimos ya tenía porque el amigo Espidifen va conmigo a todas partes desde que descubrí que es lo mejor para las resacas. No sé que llevará pero te quita hasta la depresión. Dejando los polvos blancos y volviendo al tema de mi lucha contra el frío creo que necesito comprarme ropa pues cuando me vine para acá en julio solo me traje ropa de verano. Cuando volví a Madrid para las fiestas de mi pueblo no caí tampoco en que alguna vez llegaría el invierno y me volví otra vez de vacío. Y cuando vino Francis a verme hace poco solo se me ocurrió pedirle que me trajera mi chupita guay de pan y melón, que me está más bien ajustada y abriga menos que un bikini. Por lo demás solo tengo un par de calcetines largos, un jersey, una camiseta de manga larga y el palestino. Pantalones largos solo tengo dos, unos que me gustan y otros que también me gustan pero que tienen un roto de diez centímetros por el que se me ven las pelotas y se me cuela el biruji. Necesito comprarme ropa de abrigo ya mismo pero me estoy volviendo catalán y me jode comprármela sabiendo que ya tengo ropa de abrigo en Madrid. Creo que tiraré por el camino del medio y mañana bajare a comprarme algo baratillo al chino.
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