Hoy tampoco os lo voy a contar. Si lo pudiese contar os lo contaría pero como no lo puedo contar no os lo cuento. No os quejéis que podría ser peor, he estado a puntito de espabilaros con el karaoke de la canción que acabo de bailar rodilla en tierra en el peor bar de La Pineda, pero aunque el blog es mío y de mi ego también me debo a mis lectores y creo que soltar tres karaokes seguidos es mear fuera del tiesto. Mientras esperamos a que dejen de pasarme cosas inconfesables nos tendremos que conformar con lo que otros cuentan. Aquí os dejo el monólogo final de una peli que si no habéis visto ya estáis tardando en descargarla del emule. La peli en cuestión es “American Beauty” y por si sois tan inconscientes que pasáis de verla aquí tenéis la escena final.
kk
"Siempre había oído que toda tu vida pasa ante tus ojos el segundo antes de morir. Para empezar ese segundo no es un segundo en absoluto, se hace algo inmenso como un oceano de tiempo. En mi caso aparecia yo tumbado boca arriba en el campo de boyscouts mirando estrellas fugaces, y las hojas amarillas de los arces que flanqueaban nuestra calle, o las manos de mi abuela con su marchita piel que parecía papel. Y la primera vez que contemplé el Firebird de mi primo Tony... y Jane... y Jane.... y Caroline...
Supongo que podría estar bastante cabreado con lo que me pasó, pero cuesta seguir enfadado cuando hay tanta belleza en el mundo, a veces siento como si la contemplase toda a la vez y me abruma, mi corazón se hincha como un globo que está a punto de estallar, pero recuerdo que debo relajarme y no aferrarme demasiado a ella y entonces fluye a través de mí como la lluvia y no siento otra cosa más que gratitud por cada instante de mi estúpida e insignificante vida. No tienen ni idea de lo que les hablo seguro, pero no se preocupen, algún día la tendrán."