viernes, 30 de diciembre de 2011
Rage Against the Michelín
domingo, 25 de diciembre de 2011
Feliz lo que sea
El menú de la cena: almejas a la cazuela, carabineros a la plancha, vieiras al horno, sorbete de cava y chuletón de vaca irlandesa con salsa de ciruelas. Todo ello regado con albariño, lambrusco y cava. Al turrón le pueden dar mucho por culo porque como me meta algo más al cuerpo me tendrán que hacer una cesárea para hacer sitio. La cena y la compañía paterna lo mejor. Lo peor, la programación televisiva. Y eso que el monólogo del rey ha estado divertido. Como voy de anarquista de pastel por la vida nunca había prestado demasiada atención a las milongas de nuestro monarca pero hoy me ha podido el morbo y mis expectativas han sido plenamente satisfechas al ver como Juancarlitos le metía un rapapolvo de cojones a su yerno díscolo. Me quedo con una frase del Borbón "la ley es igual para todos". Toma ya Iñaki, me huelo que este año los reyes no te van a traer nada. Después de la bronca real la tele ha ido de mal en peor. Tras zapear de canal en canal he sacado varias conclusiones. Una, que los Martes y Trece eran graciosos por Millán, porque Josema Yuste es tan divertido como una colonoscopia. Dos, que a Bustamante le blanquea los dientes una tipa llegada del futuro con una botella de "Neutrex Futura". Tres, que Sergio Dalma no conoce la vergüenza pues el tío no se pone ni un poquito rojo al entonar ese imperecedero himno suyo que comienza con estos míticos versos: "solo para ti, directo al corazón, te mando este misil hecho canción". Cuatro, que Paulina Rubio ha inventado una nueva prenda, la tirita-minifalda. Mi padre ha estado a punto de ahogarse con una vieira al ver aparecer en pantalla a Paulina con tal escasez de tela encima. Y cinco, que al público que aplaudía borreguilmente todos esos playbacks han debido de comprarlo en el chino de la esquina. No me extiendo más que mañana a las diez y cámara en mano tengo que recibir a puerta gayola a los cuatro gatos que vengan al parque a dar por culo. Como no se me ocurre un digno final para estas lineas voy a echar mano de otro verso de Sergio Dalma: "en tu mundo y en el mío aún se puede ser feliz".