viernes, 30 de diciembre de 2011

Rage Against the Michelín



Que me den por culo si me fío de los propósitos para el año nuevo. Recuerdo que hace años, cuando era igual de tonto que ahora pero menos cínico, el día 31 de diciembre me reservaba media horita antes de la cena para esconderme un rato en mi cuarto y hacer un repaso de cuales iban a ser las directrices de la nueva vida que me esperaba tras las uvas. Si hubiese cumplido la mitad de esas cosas ahora sería igual de tonto que entonces pero al menos no sería un cínico. Si sólo hubiese cumplido alguno de aquellos propósitos es probable que ahora mismo estuviese en el mismo sitio en el que estoy pero al menos tendría el consuelo de haberlo intentado. Pero en vez de ese consuelo lo que tengo es una lista interminable de dudas sin respuesta. Dudas de todos los colores. Dudas que me acompañarán como rémoras vaya donde vaya y haga lo que haga. Dudas que siempre empiezan con las mismas tres palabras "¿y si hubiera….?" Esa frase tan azucarada de "no te arrepientas de lo que has hecho sino de lo que no has hecho" me hace mucha gracia. ¿Puede uno arrepentirse de lo que no ha hecho y arrepentirse también de lo que ha hecho? Si lo que has hecho es no hacer lo que querías hacer la respuesta es "sí". Y como veo que me estoy yendo por el camino de la autocompasión creo que es momento ya de de soltar lo que quería contaros antes de esta pedante introducción. Allá voy. Este año sí que tengo un propósito para el año nuevo. El año será nuevo pero el propósito es antiguo. Y si lo cuento aquí es porque aunque no doy un duro por mi amor propio y tampoco me importa el "qué dirán" lo que sí me importa mucho, como diría mi amigo Miguelín que me lee desde Hong Kong, es el "qué diréis". Pues bien, en este año que empieza he decidido una vez más declararle la guerra a la lorza. Sí, habéis leído bien, nada de declaraciones épicas en busca de la autorrealización personal, yo lo que quiero es volver a verme las pelotas cuando me ducho. Que no os engañen mis pantalones ajustados y mi aparente falta de sobrepeso. Es una pura ilusión óptica conseguida a base de una ferréa autodisciplina digna de un monje Shaolin. O sea, que meto tripa cada segundo que paso despierto. He evolucionado hacia un ser superior, no solo respiro o sudo de manera involuntaria sino que tras años de práctica he conseguido que mi barriga se esconda por si sola en cuanto me pongo de pie. De hecho incluso lo consigo estando tumbado o sentado siempre que haya alguien delante. Y supongo que debido a este esfuerzo titánico debajo de la grasa que rodea mi ombligo debo de tener unos abdominales que ríete tú del rey Leónidas. Pero no puedo más. Me estoy asfixiando vivo. Antes muerto que orondo. Se acabó el ver como me saltan los botones del vaquero en busca de una cintura mejor. Se acabó el hacerle otro agujero más al cinturón. Se acabó el volver a ponerme con prisa la camiseta tres segundos después de……..ya sabéis. A Dios pongo por testigo que no volveré a meter tripa como la Obregón en el "Hola". Hasta aquí lo que no quiero. Ahora vienen las soluciones. Liposucción rima con "solución" y con "opción" pero antes de llegar a tal extremo creo que probaré a mover el culo. Correr es de cobardes pero meter tripa no es que sea de campeones así que aunque ahora mismo no me lo crea ni yo me huelo que voy a tener que rescatar mis mallas del baúl de los recuerdos. O rescato las mallas o rescato la faja. En los tres años que llevo viviendo en la playa he salido a correr por la mañana tres días, uno al año. Pero al menos el año pasado conseguí moldearme en el gimnasio el tiempo suficiente como para no tener que desetiquetar del Facebook las fotos en las que se me veía en bañador. No me entendáis mal, no quiero estar cachitas. Si algo aprendí en la adolescencia es que si no eres un Adonis tienes más caminos para explorar. Sólo quiero dejar de quitarme el jersey con una mano mientras que con la otra me sujeto la camiseta para evitar que se me escape la lorza. Sólo quiero volver a verme las pelotas al ducharme.


2 comentarios:

Ñaco dijo...

El condicional: " Y si ...." solosirve al Hombre (incluidas las mujeres)para castigarse.Deberiamos (¡ves ya sale otro condicional!)eliminarlo del lenguaje.Las cosas o son , o no son, y si no son , se hace por que sean.Un abrazo

Ñaco dijo...

No te creas que yo no me castigo con el "y si hubiera...", pero , como decia Aznar en el ranchoode Texas: "estamos trabajando en ello , hoy y ayer en la tarde"