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Uno por uno no estamos mal pero en grupo damos bastante asco. Cuando tengo que hacerle fotos a la gente con los muñecotes del parque muchas veces me entran ganas de pedirles a los Reyes Magos un lanzallamas. No se la cantidad de veces que los auxiliares y los fotógrafos tenemos que liarnos a voces con la gente para que mantengan un mínimo orden y no se metan 5658978545265 tipos a la vez en la misma foto. Se viven escenas dignas de la cola para entrar al Arca de Noe. Una foto de tu hijo con Coco puede ser un bonito recuerdo pero nadie quiere una foto en la que además de tu hijo y Coco salen otros cuatro chavales, cada uno de su padre y de su madre, un señora gorda con una cerveza en la mano, un tipo con bigote dándole un morreo a Coco, otro tipo sin bigote poniéndole los cuernos al pobre muñeco, dos carritos de bebe llenos de compras y un empanao de espaldas a la cámara. La gente discute por conseguir ser los siguientes y lanzan a sus hijos contra el muñeco mientras los que aún están posando dicen patata. A los críos no les hace falta que nadie les empuje pues ellos solos, en autenticas jaurías, se meten en medio de la foto alucinados por el bicho peludo de dos metros. Mi frase preferida a la hora de gritar es “controlen a sus hijos por favor” que pronto se transforma en controlen a sus hijos por Dios!!!!! Lo de los críos se entiende pues con cuatro años no tienes aún muchas nociones de protocolo pero los padres ya son mayorcitos (los ingleses no tanto pues su media de edad a la hora de empezar a procrear debe rondar los quince años) como para montar la que montan. Los muñecos solo pueden estar quince minutos frente al público pues con el calor que hace y semejante pelambrera se asfixian así que es inevitable que cuando se piran a descansar dejen a más de uno compuesto y sin foto. La gente se toma esto muy bien, si, si. Da igual que les digas que Elmo volverá a salir en un rato o que les expliques el calor que pasan, a la gente se la suda y se pillan unos mosqueos de la ostia. Cuando les das la espalda y te diriges con el auxiliar y el muñeco hacia los camerinos se quedan bramando y sientes que alguien te va a tirar una piedra. Por largarse a su hora el otro día un tipo les puso una reclamación a Epi y Blas.
Uno por uno no estamos mal pero en grupo damos bastante asco. Cuando tengo que hacerle fotos a la gente con los muñecotes del parque muchas veces me entran ganas de pedirles a los Reyes Magos un lanzallamas. No se la cantidad de veces que los auxiliares y los fotógrafos tenemos que liarnos a voces con la gente para que mantengan un mínimo orden y no se metan 5658978545265 tipos a la vez en la misma foto. Se viven escenas dignas de la cola para entrar al Arca de Noe. Una foto de tu hijo con Coco puede ser un bonito recuerdo pero nadie quiere una foto en la que además de tu hijo y Coco salen otros cuatro chavales, cada uno de su padre y de su madre, un señora gorda con una cerveza en la mano, un tipo con bigote dándole un morreo a Coco, otro tipo sin bigote poniéndole los cuernos al pobre muñeco, dos carritos de bebe llenos de compras y un empanao de espaldas a la cámara. La gente discute por conseguir ser los siguientes y lanzan a sus hijos contra el muñeco mientras los que aún están posando dicen patata. A los críos no les hace falta que nadie les empuje pues ellos solos, en autenticas jaurías, se meten en medio de la foto alucinados por el bicho peludo de dos metros. Mi frase preferida a la hora de gritar es “controlen a sus hijos por favor” que pronto se transforma en controlen a sus hijos por Dios!!!!! Lo de los críos se entiende pues con cuatro años no tienes aún muchas nociones de protocolo pero los padres ya son mayorcitos (los ingleses no tanto pues su media de edad a la hora de empezar a procrear debe rondar los quince años) como para montar la que montan. Los muñecos solo pueden estar quince minutos frente al público pues con el calor que hace y semejante pelambrera se asfixian así que es inevitable que cuando se piran a descansar dejen a más de uno compuesto y sin foto. La gente se toma esto muy bien, si, si. Da igual que les digas que Elmo volverá a salir en un rato o que les expliques el calor que pasan, a la gente se la suda y se pillan unos mosqueos de la ostia. Cuando les das la espalda y te diriges con el auxiliar y el muñeco hacia los camerinos se quedan bramando y sientes que alguien te va a tirar una piedra. Por largarse a su hora el otro día un tipo les puso una reclamación a Epi y Blas.
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3 comentarios:
JAJAJAJ me parto!!! ahí empieza a hacer falta un sindicato de muñecos obreros... lo podemos llamar "superCCOO" que diga "SuperCCOOCCOO"... ahí dejo mi propuesta...
NNOO.....
yo que el muñeco me liaría a pescozones...tiene que ser curioso, atrayente y para los niños algo traumático que la gallina Capotana se lie a ""patás"" con tu padre...
...ahí sacarías unas cuantas fotos y sin rechistar miguelín!!! un abrazo
XD jjujjjjuj..!
me ha encantado lo del "lanzamiento de niños"! niños voladores! genial!
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