miércoles, 11 de mayo de 2011

La vida es sueño



Aún es pronto para echar las campanas al vuelo pero que sepáis que llevo treinta días desintoxicándome de los seis mil doscientos días anteriores. Como no me fío de mi mismo por ahora no voy a dar más detalles de mi rehabilitación aparte del hecho de que después de muchos años vuelvo a acordarme de mis sueños. Todos soñamos mientras dormimos y los más inocentes también lo hacemos despiertos pero si te vas a la cama completamente grogui al despertarte tu cerebro bastante tiene con recordarte quien eres. Pero como os he dicho yo hace un mes que vuelvo a acordarme de lo que sueño. Para resumir diré que mi subconsciente es tan raruno como mi consciencia. Un día soñé que Rajoy me pedía que me encargase de su campaña electoral y al día siguiente soñé que ETA dejaba la lucha armada pero yo no me daba por enterado y me cargaba de un bombazo la maldita cruz del Valle de los Caidos. Con un par. El resto es muy simple. En mis mejores sueños todo el mundo se ríe conmigo y en mis peores pesadillas todo el mundo se ríe de mi. Pero ayer fue distinto. Ayer soñé que me enamoraba. Toma ya. Fue precioso. Y muy rápido, por una vez me libré de picar piedra durante años. No sé donde estábamos ni con quien. Ella llegaba y ni me miraba. Al rato reparó en mi presencia y me preguntó alguna trivialidad que a mí me sonó a canto de sirenas. Poco después se sentó a mi lado y se tomó la confianza de apoyar sus pies en mis rodillas. Ahí es donde se me empalmó el corazón. Yo recurrí a mi viejo y único truco de hacerme la víctima pero ella me dijo que esa película ya la había visto. En la vida real me habría quedado sin discurso y me habría ido a casa a emborracharme y compadecerme de mi mismo pero como era un sueño encontré la manera de remontar el vuelo con una antología de frases hechas y mi trillada filosofía de todo a cien. Muy mal no lo tuve que hacer pues un minuto antes de que sonase la alarma del móvil ella me cogió de la mano y apoyó su cabeza en mi hombro. A punto estaba yo de encontrar un sentido a mi vida cuando empecé a escuchar los primeros acordes del "Jolene" de Dolly Parton. Me giré para ver donde estaba mi querida Dolly pero no la vi, solo vi mi mesilla y mi Nokia C6 vibrando al ritmo del country tejano. Mierda de alarma. Recordadme que cambie el "Jolene" por el "Requiem" de Mozart.

Lo malo es que volví al mundo real antes de besar a mi princesa. Lo bueno es que me desperté antes de que el amor se transformase en cariño, este a su vez en dependencia y esta en indiferencia o algo más triste.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Ooohhh que pena que has roto esa racha tan buena que llevabas