lunes, 15 de febrero de 2010

Canguro

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Esta mañana me ha tocado quedarme de canguro con mi sobrinita recién nacida y aunque en un primer momento estaba algo acongojado al final la cosa ha sido coser y cantar. Ana es una muñequita que se pasa el día entero soñando con angelitos y que solo se despierta para comer. Mientras duerme a veces sonríe, lo que unido a su redonda y calva cabecita y a esa paz que desprende la convierten a mis ojos en un pequeño buda feliz. Es un solete, se me cae la baba.
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Durante la comida he comentado la poca guerra que me ha dado mi sobri y mi madre me ha dicho que ha salido a mi hermana, que solo lloraba para pedir el rancho. Luego mi madre se ha empeñado en contarle a mi cuñado que el único hermano de mi única hermana se pasó llorando los primeros nueve meses de vida. Ininterrumpidamente. Con mayor intensidad de madrugada según mi padre. El punto culminante de este no parar de dar el jode tuvo lugar una noche en que mi madre, algo trastornadilla tras meses de no pegar ojo, me cogió en brazos y le dijo a mi padre “ahora mismo lo tiro por el balcón Julián”. Julián debía de estar tan harto de mí como mi pobre madre pero ya que les había costado tres años de esfuerzos conseguir la parejita convenció a mi madre de que era una mala idea deshacerse de mí. Mi padre me cogió en sus brazos y en vez de estrangularme hasta hacerme callar aguantó mis lloros toda la noche mientras mi madre se bebía una marmita de tila en la habitación más alejada de mis llantos. Parece ser que a los nueve meses de vida maduré y ya solo lloraba mucho y no siempre. Después de esta bonita historia mi madre ha seguido amenizando la comida con otro gran momento de mi más tierna infancia. El momento en que yo, que fui el último en llegar, el hermanito pequeño, el mimado, cogí pelusa de mi hermana mayor. Cuando yo digo que soy un miserable…
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kkkkkkkkkkkkk

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jaajajjaajajajajajajajajjajajaajajjaajjaajajajajajajajjaajajjaja.
francis

Mónica dijo...

Con esta historia y con la anterior, estamos muertos de risa Luis y yo. Dieguito nos mira con cara rara y quiere coger la pantalla del ordenador, se tira a por ella.. claro, piensa que
si sus papás se ríen tanto es que este aparato debe ser muy divertido...jajaja!!!