domingo, 11 de abril de 2010

Houdini

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El otro día acompañé a un colega a ver a mi vecina la que vende cosa fina. La tipa es una señora algo mayor que sale de su casa con la bata y las chancletas y mientras pasea al perro hace negocios. No creo que sea una buena señal que sus palabras al verme fueran “hombre, ¿cuándo has venido? ¿hasta cuándo te quedas?” con un timbre de voz que sonaba a caja registradora. Después de verla mi colega y yo nos fuimos al Berlín. En el Berlín ya no está Miki y se le echa mucho en falta. Él tiene curro en otro bar en el que me imagino que también echaré raíces. En lugar de Miki ahora el Berlín tiene como camareras a dos rubias, una con acento argentino y la otra con ojos azules. No está mal. El año pasado el camarero del Berlín acabo durmiendo muchas noches en mi casa. Estaría bien que se repitiera la misma historia este año. Miki puede venir también si quiere.
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Uno de los personajes que había el otro día en el bar era un mago algo borracho que nos impresionó con sus trucos de cartas. El tío era bastante bueno y me dejó flipado acertando cartas o haciéndolas desaparecer de la baraja y aparecer en su bolsillo. Si culito veo culito quiero así que decidí enseñarle al mago mi mejor truco. Hice desaparecer su mechero y lo volví a hacer aparecer en mi bolsillo cuando el mago se había ido. .


kkk

kkk

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajaja
Se te echaba de menos!
Un abrazo,
Mundo

Anónimo dijo...

jajajajajajaja dios mio Hue, me parto tio