Actualización

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He encontrado el bar definitivo: Guinness, buena música, poca luz, ambiente sospechoso, el camarero más majo de Europa…
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En este bar y gracias a las hábiles relaciones públicas del camarero también he encontrado el germen de mi futura pandilla. Aún estoy en la primera fase de acoplamiento pero la cosa va bien, ya no tengo que vagar sin rumbo cada noche, hay un sitio donde me comprenden. Dios los crea y ellos se autodestruyen.
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El currito veraniego en la costa ya se ha convertido en curro a secas. No veo el momento de volver a librar.
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Hago tantas fotos en el curro que no hago ni una fuera de él. Lo último que me apetece al salir de trabajar es coger la cámara.
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Debido a lo bruto que soy tomando el sol se me esta cayendo la piel a tiras, literalmente. Me pica todo el cuerpo, me faltan manos para rascarme y arrancarme jirones de piel.
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Ya no duermo solo. Comparto mis sueños con una nutrida comunidad de “mosquitus cansinus”. Solo Dios lleva la cuenta de los cachetes que me puedo dar cada noche tratando de aniquilarlos. El insecticida que hay en casa es tan barato y poco efectivo que hay que matar a los mosquitos lanzándoles el bote.
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Os echo de menos a todos.
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