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No está mal. Tengo poco tiempo y muchas cosas que contar. Antes tenía mucho tiempo y pocas cosas que contar. Bueno, empiezo por mi curro. Ya os he dicho que voy vestido de explorador y que le hago fotos a la gente en Port Aventura. Cada día a primera hora mi cámara y yo nos ponemos a puerta gayola en la entrada del parque para convencer a los visitantes de que se hagan una foto de bienvenida. En castellano, ingles, francés y lenguaje de sordos. Deberíais escucharme hablar francés, parezco Antonio Ozores. Es jodido convencer a la peña porque hasta el último mono tiene ya cámara digital. Otro día escribiré un post glosando las hilarantes excusas que pone la peña para no hacerse una foto. Es normal, yo haría lo mismo, piensan que les voy a clavar nada más entrar y no se equivocan del todo, no tienen porque comprar la foto que les hago pero si una vez que la ven en las pantallas de mi chiringo-base les gusta y la quieren tienen que soltar ocho pavazos. No jodas. Después de asaltar a la peña a caraperro de buena mañana el resto del día me lo paso haciendo fotos de los muñecotes del parque con cualquiera que se quiera fotografiar con ellos. Eso es lo mejor, la mayor parte de las fotos son de niños, unos flipados y sonrientes y otros acojonados y llorosos ante bichos peludos de casi dos metros. No voy a hablar mucho ahora de los bichos peludos porque ya os dije que ellos merecen un post aparte. Cuando conocí a Tricky, el monstruo de las galletas, lo primero que hizo fue comerse mi gorro de explorador y tuve que correr detrás de él para que lo vomitase. Una de mis obligaciones en el día es subirme a un tiovivo gigante y precioso y dar vueltas y vueltas haciéndole fotos a cualquier alma inocente que vaya en el. No está mal.
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No está mal. Tengo poco tiempo y muchas cosas que contar. Antes tenía mucho tiempo y pocas cosas que contar. Bueno, empiezo por mi curro. Ya os he dicho que voy vestido de explorador y que le hago fotos a la gente en Port Aventura. Cada día a primera hora mi cámara y yo nos ponemos a puerta gayola en la entrada del parque para convencer a los visitantes de que se hagan una foto de bienvenida. En castellano, ingles, francés y lenguaje de sordos. Deberíais escucharme hablar francés, parezco Antonio Ozores. Es jodido convencer a la peña porque hasta el último mono tiene ya cámara digital. Otro día escribiré un post glosando las hilarantes excusas que pone la peña para no hacerse una foto. Es normal, yo haría lo mismo, piensan que les voy a clavar nada más entrar y no se equivocan del todo, no tienen porque comprar la foto que les hago pero si una vez que la ven en las pantallas de mi chiringo-base les gusta y la quieren tienen que soltar ocho pavazos. No jodas. Después de asaltar a la peña a caraperro de buena mañana el resto del día me lo paso haciendo fotos de los muñecotes del parque con cualquiera que se quiera fotografiar con ellos. Eso es lo mejor, la mayor parte de las fotos son de niños, unos flipados y sonrientes y otros acojonados y llorosos ante bichos peludos de casi dos metros. No voy a hablar mucho ahora de los bichos peludos porque ya os dije que ellos merecen un post aparte. Cuando conocí a Tricky, el monstruo de las galletas, lo primero que hizo fue comerse mi gorro de explorador y tuve que correr detrás de él para que lo vomitase. Una de mis obligaciones en el día es subirme a un tiovivo gigante y precioso y dar vueltas y vueltas haciéndole fotos a cualquier alma inocente que vaya en el. No está mal.
1 comentario:
Que buen royo en port aventura. Me dan ganas de ir con mi familia. Me alegro que te salga este curre aunque sea un trabajo duro tu lo sabes hacer. Seguro que las fotos salen guapísimas en tu chiringuito, ¿es así como llamas a tu portátil? y a ver si pones una tuya de explorador!
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