lunes, 11 de mayo de 2009

El hombre y el oso...

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Hoy me he aburrido tanto que he terminado afeitándome. Afeitarse parecerá poca cosa pero creo que yo llevaba sin hacerlo desde la boda gitana, allá por el octubre pasado. No os creáis que iba por ahí con las barbas de Koprotkin, no, cada poco tiempo, cuando ya pica, me paso la maquinilla de rapar el pelo y me dejo la barbita de Guardiola. Pero con cuchilla y espuma no me afeito nunca, a no ser que vaya a una boda a trabajar, si voy de invitado también me llevo mis pelillos. No creo en el afeitado, no por estética sino por principios. ¿Es necesario malgastar diez minutos al día en dejarnos la cara como el culito de un niño? ¿Acaso voy a estar más guapo? ¿Más suave? ¿Para qué? Por si alguna lo está pensando tampoco creo en el depilado femenino, ya somos mayorcitos como para que pelos de un centímetro nos echen para atrás ¿no? Y tampoco es que los tíos podamos presumir mucho de lo bonito y bien depilado que está nuestro amigo el calvo (no confundir con mi novio el Calvo) y nuestro pecho lobo. Reconozco que no siempre ha sido así. Cuando curraba en el puto Corte Ingles me obligaban a afeitarme everyday. Me hacían pasar por el aro pero yo les hacia pasar por el mio, el de mi oreja. Los jefes me llamaban guarro, rojo y marica pero al final se acostumbraron y entre dos mil empleados yo tenía nombre propio, “el del pendiente”. Cuando por fin me fui de ese infierno y tuve que firmar el finiquito el jefe de personal me dijo que en veinte años de curro nadie había ido a su oficina con pendiente. Para todo hay una primera vez le dije.
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Una canción para barbudos...."I'm gonna get drunk, come round and fuck you up"....

kkkkkkkkkkkkkkk

3 comentarios:

jmarior dijo...

no puede ser verdad ¿se te ha ido la mano con el fotochop o qué?

jmarior dijo...

me refiero al cielo

Anónimo dijo...

es el mapa de europa en las nubes