400!!

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Cuatrocientas entradas!!! Se dice pronto pero telita lo que me ha costado llegar hasta aquí. Es más duro picar en la mina, lo sé, pero contar monsergas cuando tu vida es insulsa tampoco es fácil, en este tiempo he estado a punto de mandar el blog a la mierda muchas veces. Como nadie me va a hacer un homenaje anoche me lo hice yo solo y me estuve leyendo (casi) todo lo que he escrito hasta ahora. Fue una sensación rara, había cosas de las que no me acordaba, otras que me chirriaban un poco y otras que me daban una vergüenza que te cagas pero a lo hecho pecho. También me di cuenta de que hace un año me costaba mucho menos escribir de lo que me cuesta ahora. Mi vida era la misma pero hace un año todo era nuevo para mi, acababa de volver a nacer (pensareis que exagero pero en realidad me quedo corto) y todo era una fiesta. Ahora la fiesta ha decaído un poco, hay ciertas cosas de las que no quiero hablar porque ya las tenéis muy vistas y mi alegría de vivir ha bajado un par de enteros. Anyway que me den por culo si no estoy mejor ahora que hace dos años. Mi mierda de vida es solo mía, hurra!! Me estoy poniendo moñoño así que voy a cambiar de tercio. Con cuatrocientas entradas y contando con las fotos creo que me da para rellenar un libro de doscientas paginas. No lo iba a comprar ni mi madre (menos mal que si no se muere del disgusto) pero eso es lo de menos. La cosa es que yo acostumbro a no acabar las cosas y a dejar a medias todo lo que empiezo y esto debe ser lo único que me ha durado más de un año, aparte de mi matrimonio y mis adicciones. No voy a ponerme cursi pero ya sabéis de quien es la culpa de que esto siga vivo, un poquito mía y un muchito vuestra. Había pensado que para celebrar las cuatrocientas sandeces estaría bien hacer una especie de congreso de lectores de yateniaganas. Podíamos irnos un finde a una isla soleada a beber mojitos y tomar el sol además de asistir a mis seminarios, que serían más o menos del tipo: “Como convertir tu mierda de vida en una aventura constante”, “No tengo donde caerme muerto pero al menos sonrío”, “¿Se puede vivir de la angustia?” y cosas por el estilo. ¿Cómo lo veis? ¿Os vendríais? A lo mejor hasta folláis. Habría que pagar a escote ya que el paro no me da ni para mis vicios pero seguro seguro que lo pasábamos bien. Pensadlo. Y sonreíd…
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Una canción para alegrarse de estar vivo…

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