Tras tres días de visita permanente al hospital soy capaz de diferenciar los mismos tonos de blanco que un esquimal espabilado. Acostumbrado a la masificación tercermundista del 12 de Octubre el nuevo hospital de Valdemoro me parece un Spa. Todo es nuevo, todo es blanco, apenas hay gente y hay jardines de arena blanca. Todo muy Zen. Lo malo es que además de ser Zen también es un puto hospital así que las preocupaciones no te las quita nadie. Mi padre sigue igual, parece que bien, pero no le han hecho ni una sola prueba mas o sea que aún no sabemos nada....... Yo he aprovechado el tiempo y he iniciado una intima relación con la maquina de botes fríos.
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Quería hacer notar también que el pilotito que se me encendió en el coche al volver de Granada y que me avisaba de que me iban a clavar 300 eurazos en el taller se volvió a encender al cuarto de hora de irme del taller. El mecánico me hizo un trabajito fino fino, tan fino que ni se ha notado...afortunadamente yo tampoco he cumplido con mi parte y aun no le he pagado...
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2 comentarios:
Vaya, Míguel, siento que tu padre siga en el hospital. Espero que pronto se den cuenta de que tiene un resfriado y le devuelvan a casa. La foto de hoy es preciosa, parece la casa de David el Gnomo...
no pagues!, es lo unico que puedo de decir yo...
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