Titi

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Mi sobrina acaba de mear por primera vez en el váter. La han comprado un adaptador para que no se le cuele el culo dentro de la taza y después de varios días de usarlo de sombrero hoy por fin lo ha cogido debajo del brazo, ha dicho “nena pis” y se ha dirigido al baño…tras unos momentos de expectación hemos oído su primer chorrillo fuera del pañal y hemos estallado en aplausos. Ella también quería aplaudir y por poco se piña desde la taza al suelo. Como está muy bien enseñada nada más subirse los pantaloncitos se ha lavado las manos en el bidé y ha aprovechado para tirar fuera todo el agua que ha podido.

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Cuando la apatía me vence y lo único que me apetece es mirarme los pies salgo de mi cueva y juego un rato con Irene. Escucharla decirte categóricamente “nena apum yaye pilin titi” hace que se te olvide todo lo malo. El “titi” soy yo, me encanta cruzarme por la mañana con ella por el pasillo y oír “oaa titi”……además hemos avanzado en nuestra relación, al principio me llamaba “toto”…los niños son muy listos. Esta es otra de las cosas buenas que me he encontrado este año y que me ha cogido por sorpresa, estoy viendo crecer a Irene día a día. Es la bomba…y ahora que empieza a intentar hablarnos es un continuo despolle. No tengo el instinto paternal muy desarrollado, por ahora esta muy escondido entre el miedo al compromiso y a la responsabilidad y el ansia de libertad, pero querer tener un hijo, tenerlo y disfrutar de él debe ser maravilloso.
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Hay días que es mejor olvidarlos por la cantidad de cosas malas que te pasan. Otros días se olvidan porque no te pasa nada, ni por dentro ni por fuera….que se acabe ya…

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