lunes, 17 de noviembre de 2008

Punki

Supongo que hoy debería contar que después de dos horas de clase de Taekwondo he salido con el pie derecho sangrando a chorros. He dejado el saco lleno de sangre. También podría contar que después de eso y en vez de irme a mi casa me he bajado a La Calle a tomarme una cervecita pues un amigo estaba solo. Una cerveza se ha convertido en lo menos siete u ocho (el próximo día que te quieras tomar "una" ya puedes llamar a Rita, cabrón). Podría dejarlo aquí pero voy a estirarlo un poco mas y contar que las ultimas cervezas nos las hemos tomado en el peor bar del pueblo, el de peor catadura moral, al que más a menudo suele ir la policía. Podría acabar ya pero la verdad es que eso no es todo. En ese bar, santuario de perdidos y gente sin alma, he tenido que ver y escuchar como un nazi del tamaño de un armario me llamaba rojo, punki y guarro. He capeado el temporal y al final he tenido que ver como el nazi me daba la mano y me decía que soy un buen tío. Se equivoca en esto, no soy un buen tío. Pero ha acertado en lo demás, soy un rojo, un punki y un guarro...
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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Era tu oportunidad de poner en práctica lo que aprendes en taekwondo!!

miguelan dijo...

Si, tienes toda la razon Monica, por ahora lo que he aprendido en Taekwondo es a recibir ostias....podia haberlo puesto en practica perfectamente.

fotos dijo...

el buque?
...el bar se supone