sábado, 28 de febrero de 2009

Talco

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El ansia es muy mala sobre todo si uno no tiene autocontrol. Anoche no salí por ahí aunque el cuerpo me lo pedía a gritos. Aguanté como pude en casa viendo mierda en el ordenador, fumando como un carretero y cenando doce veces. Dos magdalenas, un platano, un puñado de kikos, otro puñado de pistachos, muchas galletitas saladas, un yogur natural, un montadito de chistorra, un postre de tarta de queso, varias lonchas de chorizo y algunas más de queso, gusanitos, pan de barra, pan tostado, pan bimbo, zumo de naranja, zumo de piña, cocacola y como fin de fiesta, a las tres de la mañana, después de hojear un libro de cocina con recetas suculentas, me levanté de la cama y me comí un plato de fabada que había sobrado. Fabada con fabes del tamaño de un riñón y chorizo, morcilla y tocino para parar un tren. Como digo eso ocurrió a las tres de la mañana. Me fui a la cama rodando por el pasillo y a las cuatro me levanté corriendo hacia el baño como alma que lleva el diablo. Eso volvió a ocurrir a las cinco, a las seis, a las siete y desde esa hora he vuelto a ir al baño ocho o nueve veces más. Tengo el culo como la pantera rosa. Os tengo que dejar, vuelvo al baño a despedirme de un amigo.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

y aún así ,sigues con ese tipin. Como te envidio