Motelucho

No me entero con el Mac de Sebas, su diseño me hipnotiza y su manejo me exaspera. Eso si, yo también quiero uno. Llevo casi dos días en Granada pero hasta ahora no había tenido tiempo de sentarme un rato a escribir, he tenido una agenda muy ocupada cumpliendo con las tradiciones del lugar. De hecho mis planes eran irme hoy para Madrid pero eran unos planes que no me creía ni yo. Y por llegar un día más tarde a sentarme delante del ordenador y fumar no me va a pasar nada. O si, porque hay que ver como se lo montan en Granada.... menos mal que los últimos tiempos en Ciempozuelos me han curtido un poco que si no los granainos me matan...encima el final de fiesta ha tenido sorpresa, no he dormido solo.......he dormido con Sebas......hacia mucho tiempo que no dormía con un hombre...se ha portado como un caballero...

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Antes de venirme para Granada estuve en el desierto de Tabernas y finalmente me acompaño el tiempo, el malo. Yo preocupado por si llovía y resulta que va y nieva. En serio, nieve en Almería, salimos en el Telediario del viernes debido a lo insólito del caso. Obviamente también me ha llovido, me ha hecho un viento del cagarse y me ha caído granizo. Fotos he hecho las justas, no estoy muy contento en ese aspecto. De lo que si estoy contento es del rendimiento de mi ágil y veloz Clio por los caminos del desierto.......esa es otra, a cualquier cosa le llamamos desierto.....aunque supongo que con un mejor clima y unos atardeceres menos grises mi opinión sería otra, tengo que volver, pero en verano. Y tengo que organizarme mejor, para hacer más y mejores fotos y para no morirme de asco tras la puesta del sol. El motelucho donde me alojaba estaba en mitad de la nada y su bar deprimiría hasta a un irlandés borracho. La primera noche me la pasé en la habitación, cinco horas de lectura de Moby Dick (gracias Xacinto) fumando y comiendo basura hasta que me quedé sopa. Las vistas desde la habitación eran también una fiesta. Podéis admirarlas en la foto de arriba. La segunda noche no pude más y me fui al bar a deprimirme aunque al final me la enganché practicando ingles con tres matrimonios de abueletes guiris. Estuvo bastante bien para lo que el lugar podía ofrecer. Con seis tercios de Mahou y mi inglés de fregaplatos puedo hablar de futbol y de Nietzsche...

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Voy a ver si duermo un poco que falta me hace, mañana salgo prontito para mi pueblo...

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