Dar cera pulir cera

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He vuelto a taekwondo. Llevaba demasiados días sin ir pues el último animal que me tocó de pareja me dejó más doblado que una garrota y si las costillas me dolían estando tumbado en la cama no era cosa de ir a que me las pateasen. Hoy me han vuelto a calentar pero al menos con conocimiento. Lo malo es que el profesor se ha pasado un poco y nos ha tenido casi toda la hora combatiendo y como yo en estos días he perdido la escasa forma que tenía y no estaba para muchos saltos a media clase me ha dado un telele y me he tenido que tumbar en el suelo porque me faltaba el aire. No sé si ha habido cachondeito entre mis compañeros porque yo solo veía una luz al final de un túnel. Afortunadamente no me he muerto y en cinco minutos he podido levantarme y seguir recibiendo ostias. Esto no me habría pasado si no me hubiese tirado todo el fin de semana haciendo ejercicios de barra fija en el bar. Al menos conseguí batir mi marca personal del año: once pintas de Guinness en una noche. Bien poquito me apetece salir estas fiestas, pero seguro que se me pasa...

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