lunes, 26 de enero de 2009

Bajo cero

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Madre mía que frío hace en mi pueblo. Estamos a menos treinta y siete endemenos. Y corre un viento de los que te ponen de mala ostia. Gran día para pasear. Yo nunca voy de paseo y hoy he ido dos veces. Como se me ha hecho poco por la noche me he ido a dar una vuelta por el pueblo con la cámara y mi chupita de guay como único abrigo. Me he quedado pajarito. Los guantes sin dedos son lo mejor si quieres tener la palma de tu mano calentita y una buena gangrena en los dedos. A los diez minutos de paseito los tenía del color que los tiene Juanito Oyarzabal en la cima del Annapurna. Me he vuelto a casita echando ostias por eso y porque me estaba meando y cualquiera era el guapo que se la sacaba. Después de dos colacaos he recuperado el color pero las puntas de los dedos me siguen haciendo chiribitas. Se me había olvidado lo jodido que es el invierno en el pueblo de los locos. Es el primer invierno que paso aquí en muchos años (y segurísimo que no será el último). En Madrid hacia frío pero en mi pueblo te cagas. Encima mi calle es bastante fresca pues la acera de enfrente ya es el campo. El campo castellano.
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Un besazo para la que me llama desde Polonia para preguntarme como me va la vida...

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Ole!!! Un beso para ti también de los 2 polacos y la polaquita.