Nadie conoce a nadie

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Ayer no aparecí por aquí por que por la tarde fui un momento a ver al Marina y entre pitos y flautas volví a mi casa a las siete de la mañana. Me tenía que levantar a las ocho para una estupenda mañana de hospital. Llevo todo el día en la parra, con la mirada de las mil leguas y un trozo de queso en aceite por cerebro. Ni estoy orgulloso ni me arrepiento, si acaso me preocupa mi nulo autocontrol.
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Como no podía ser de otra manera un colega y yo acabamos a las tantas en un bar poco recomendable. Allí nos paso algo curioso de lo que creo que tampoco debería dar muchos detalles. Resumiendo diré que en el bar estábamos siete u ocho personas, lo mejor de cada casa, y mi colega y yo estábamos jugando a los dardos con otro tío. Yo fui un momento al baño y al salir vi como uno de los tipos que había en la barra sacaba la cartera para pagar y dentro de la cartera me parecio ver una placa de policía. Me quedé un poco loco y me faltó tiempo para contárselo a mi colega y al otro tío. Mi amigo si se quedo un poco flipado pero el otro tío se metió la mano en el bolsillo, dijo “¿era como esta?” y sacó una placa igualita. Ahí ya vi claro que nos llevaban presos pero no, resulta que no solo los policías llevan placa. Y hasta ahí puedo leer que seguro que me busco un lío o me parten la cara.

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