Aunque lo parezca la de arriba no es una foto de una de esas
manis que os digo que me entretienen tanto. Que va, donde no hay pan buenas son tortas. El de la foto es un
chavalin de catorce años de mi pueblo aprendiendo los peores vicios de los toros de fuego, coger un rastrero con la mano y tirarlo donde no se debe.
Así me gusta...
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Ya que hoy tenia que ir a Madrid a seguir con las gestiones de mi desempleo he aprovechado y me he comprado algo de ropa para vencer la depresión otoñal. Para eso y para dejar de hacer malabarismos para no ponerme todos los días lo mismo. Por cierto, si alguien me ha visto por la calle y se ha quedado prendado de mis estilazo vistiendo que sepa que suelo comprarme la ropa en el Pull and Bear pero como soy un gitano voy directamente a la sección de taras, que es la que me pega. Por solo 41 euros ahora tengo una cazadora que solo tiene una manga buena (en la otra se te queda la mano atascada en el puño pues el forro esta cosido del revés y tienes que meter un dedo por un agujerito para, no sin esfuerzo, finalmente conseguir sacar todo el brazo, vamos, que hasta que consigues sacar la mano pareces tontito), una camiseta de Freddy Krueger que me queda muy muy muy pequeña (en la talla S no me entraba ni la cabeza y he pensado que la M me quedaría bien, sin probármela) y unos pantalones de estos con muchos bolsillos que aparentemente no tenían tara. Una vez bien mirados en casa he comprobado que efectivamente no tenían tara ninguna y me los he puesto pues había quedado y quería lucirme. Hasta aquí todo bien. Dos horas despues, tras romperme un bolsillo por sacar el movil, al calor de unas cañas unos cigarros y unos cotilleos y después de medio minuto preguntándome donde narices habría ido el capullo de mi apagado cigarro he descubierto que este se hallaba junto a otro capullo, el de mi colita!! Ahora tengo junto a la bragueta un agujero por el que cabe una chistorra. Afortunadamente he saltado de la silla antes de tener un percance mayor y tener que untarme pasta de dientes en los huevos. Bueno, al menos ha servido para que mis amigas se echasen unas risas (unas más) por lo que los 17 euros que me han costado los pantalones están bien invertidos. Anyway mañana intentare ir a la tienda a decir que soy gilipollas y que hasta que no estuve en mi casa no descubrí que los pantalones me estaban pequeños. Si tengo suerte y la dependienta es tonta o ciega a lo mejor no me tengo que comprar otros.
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Vaya desde aquí una super enhorabuena a todas las embarazadas rubias cuyo novio esté en la India....Un besazo
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