domingo, 5 de octubre de 2008

Tio guay

El próximo lunes es el segundo cumpleaños de Irene, mi sobrina. Como padrino que soy y el tío guay que pretendo ser llevo días dándole vueltas al tema del regalo. Ella aún es joven para darse cuenta de lo guay que es su tío pero quiero que empiece a ir percatándose. Que nadie se asuste, no le voy a regalar un tatuaje, pero me encantaría verla vestidita con sus vaqueritos y una camisetita de Nirvana . No estoy tan mal ni soy tan ruin como para regalarle solo una camisetita para su cumple, afortunadamente el señor Finiquito de Córdoba ha venido recientemente para aliviar mi economía y salvar mis piernas. Además de toda la ropa y complementos que horripilaran a sus padres quiero comprarla algo para que juegue y ahí viene otro problema. No se si la quiero comprar algo con lo que crea que ella va a querer jugar o algo con lo que yo quiero que juegue. Yo por mi empezaba a comprarla guitarras, tambores, pianos, pelotas, triciclos y cuentos de mil colores, pero a lo mejor con 2 años uno prefiere jugar con la caja en la que venia el triciclo. No se...... como padre soy un desastre. Menos mal que solo soy tío...
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Una de las cosas que te pasan si vas al hospital es que a tu vuelta la gente viene a tu casa a ver como te encuentras. Mi padre lleva todo el fin de semana abriendo y cerrando la puerta a amigos y conocidos que han venido a interesarse por su salud y a merendar. Como algunos de estos amigos no conocían aún la casa mis padres se han ocupado de mostrarles hasta el ultimo rincón. La mejor parte es la bajada al sótano, donde los visitantes pueden contemplar en su hábitat natural al "hijo pródigo" (separadis sincasae) curioso espécimen de sospechoso aspecto que parece estar algo atontado y que no aparta la cara de la pantalla del ordenador. Los visitantes no preguntan demasiado, parecen hechizados por la presencia de semejante individuo de mal cuidadas barbas y gorra de color indefinido y por el olor que impregna el ambiente. Unos visitantes que deben de ir a unas iglesias muy raras se han atrevido a preguntar si era incienso eso que olía en los dominios del "hijo pródigo" ante lo cual mi madre y mi padre han cambiado de tema los dos a la vez y han encaminado a los colegas al garaje, cerrando la puerta tras ellos...
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1 comentario:

fotos dijo...

haberles dado una calada